Estimado y admirado Sr. Vidal Manzanares:
Soy un gran seguidor de sus podcast,
libros, artículos y en general de su larga y prolífica carrera literaria . Estoy de
acuerdo con Ud. en la mayoría de reflexiones que plantea en sus editoriales;
pero el otro día en el podcast denominado "Una plaga llamada empleados públicos" me hirió el amor propio,
le comento: soy funcionario desde 1998 en una entidad local con más de 15.000
habitantes, mi categoría es la de administrativo y mi sueldo al igual que el de la mayoría de mis compañeros apenas sobrepasa los mil euros,
incluidos trienios; y digo bien lo de "en la mayoría...", pues como siempre, los afines al régimen de turno obtienen como premio por buena conducta sus jugosas gratificaciones y productividades.
Desde luego que no me veo reflejado en el estereotipo del funcionario vago y "tardón" al que Ud. hace referencia en su programa, por el contrario, trabajo de
forma eficiente y eficaz, tal y como reflejan las estadísticas o feedback de
mi propio desempeño, este trabajo, desde luego que no está bien remunerado y por
supuesto que no llega a parecerse a las nóminas de otros funcionarios europeos tal y como Ud. afirma. Aún así y trabajando para mejorar la administración, incluso discutiendo casi a
diario con los concejales electos, acostumbrados a quedar bien con los amigos a
costa de las arcas municipales, sigo , día a día, luchando y trabajando por
ofrecer un servicio profesional y de calidad a todos los ciudadanos, eso sí, con
mi gran sueldo europeo de mileurista tras 20 años de duro trabajo.
A veces me gustaría exiliarme al igual que Ud. Sr. Vidal, y emigrar a EE.UU o a otro gran país, pero no todos disponemos de las mismas oportunidades ni de los mismos recursos; en vez de eso, seguimos trabajando, cumpliendo con nuestros deberes de la mejor manera que sabemos, aprendiendo y formándonos para dar un mejor servicio, pues, aunque no lo crea, en la administración pública existen grandes profesionales.
Para que no halla desigual conocimiento previo de las circunstancias de cada uno, ya que Ud. es una persona pública y yo no, le diré que soy padre de familia, con dos hijos pequeños y en mis ratos libres procuro formarme diariamente asistiendo a cursos y conferencias, también estoy terminando grado en ciencias políticas y de la administración. Por eso, no deseo que me incluya Ud. en su particular
lista negra de profesiones malditas.
P,D.: Si lo desea y para un mejor entendimiento de lo que trato de exponerle puedo remitirle al e-mail que Ud. desee, copia de mi nómina, más española que europea, se lo aseguro.
Que Dios nos guarde.
Que Dios nos guarde.
Atentamente.