lunes, 24 de julio de 2017

Diferencia entre reclamar y pedir.


No, no es lo mismo reclamar que pedir; 
quien trabajó, se esforzó, y sudó bien lo sabe. 
El que pide por pedir, ni supo ni quiere sufrir, 
prefiere poner la mano, que caiga el regalo y no discutir. 
Quien reclama lo hace después de haber trabajado, 
de haber cumplido, no sin antes haberse esforzado. 
Se reclama un derecho porque se ha ganado 
y no se antoja nada regalado. 
No, no es lo mismo reclamar que pedir.
El pedigüeño desea que alguien haga realidad su sueño, 
no ensucia su atuendo pues entiende más fácil seguir pidiendo. 
Reclamar en derecho es justo y nadie debiera criticar el provecho, 
mas se ganó éste, con diligencia y apecho. 
Por viciado acaba siendo lo pedido, 
esgrimiendo como entendido, incluso lo no acabado. 
Reclamar pues, no debe nunca avergonzar al reclamante, 
siendo prenda y garante su esfuerzo constante.

miércoles, 5 de julio de 2017

Soneto nº 3 de mi alma triste.

El azul de mi cielo omnipresente, 
tierno sueño que besa mi mejilla, 
soleá, copla, verso y seguidilla, 
dulce poesía, tu ser valiente.

Presta, dispuesta y también impaciente,  
¡me sazonas con lisonja, chiquilla!;
azafrán, anís, pimienta y guindilla. 
Siete dones santos..., ¡otro!, no miente. 

Creces radiante, hermosa y pizpireta;
arrojo, temple, garbo y donosura;
vivificas cuan mano en marioneta.

¡Ay de mi!,  ya te vas buena locura;
infancia que marchó, un lance, una treta;
¡ay de mi..., yo en mi triste sepultura!

lunes, 3 de julio de 2017

A Nuestra Sra. de la Inmaculada Concepción en la celebración del 250 Aniversario de la Fundación.


Entre oro y plata, salve, Inmaculada
esta capital te aclama en su fuero.
Reinas paciente tras muros de albero,
león y concha de otra era ilustrada.

Lis y rosas tu estampa floreada;
gloria y pasión tras tu recto sendero,
dulce rastro del dogma verdadero;
razones tienes por sentirte amada.

¡Tú que la portas!, colono querido,
mece su paso en mi feligresía,
carolinense atento, de fe herido.

Madre, que sufrió desde el primer día,
entiendes lo que fue un sueño incumplido;
La Carolina y su santa utopía.

sábado, 1 de julio de 2017

A mis compañeros de ACAMUS

Después de cantar como hemos cantado,
dos amigos me proponen un reto,
componer en el ágape un soneto,
entre vino y jamón queda aceptado. 

Llegué sin oído y desafinado,
¡tenor!,dijo Teresa, se discreto;
con ayuda, cariño y con respeto, 
flanqueado de tenores he cantado. 

Son Cartagena, Ayllón y Barahona
músicos, mano experta y exigente,
mil conciertos, el trío aún se ilusiona. 

Decirte, directora competente,
que tu entrega y tesón nos impresiona,
siendo como eres, algo impertinente.

Dedicado desde el cariño a mis compañeros,  amigos y profesores del coro, mil gracias por compartir vuestro tiempo y conocimientos con nosotros. 

Quién te puso Salvaora

Cantaba en blanco y negro Manolo Caracol, una magnífica copla de Quintero, León y Quiroga, que rezaba en su flamenca letra aquello de: &q...