domingo, 25 de junio de 2017

Los comensales.

Diecisiete comensales acomodados en comedor gastado, enfrentados y  acicalados.
Ricas viandas por servir, cada uno un plato y el resto a repartir.
Poca ensalada pero bien aliñada. 
Las señoras pescado, alguna salado. 
Los señores prefieren cordero, 
pichón para el más glotón.
A la derecha, perdiz y solomillo, 
a la izquierda, paté y empanada, 
más allá, patatas al pegotón
y en el centro, lomo embuchado. 
De postre fruta escarchada, 
- ¡que no falte de nada!,- grita un invitado. 
Licores de finas hierbas, café, copa y puro. 

Llega la cuenta, miradas ausentes que buscan vacíos. 
- ¡Señores!, ¿quién paga?. 
- Lo más justo es que pague quien más haya comido - espeta un comensal. 
Otro dice que procede más pagar a partes iguales. 
Otro advierte,  -los que más tienen que abonen lo de todos,  sería lo normal-.
Y otro comenta que él solo paga su cuenta.

- ¡No queda otra! -,  dice un lumbreras,-
habremos de llegar al consenso, y si no,  comisión. 
- Votemos pues, y que sea por unanimidad, 
que levante cada uno su mano... 

Votar ya han votado, - y ¿que fué del resultado?.  
Pues a cargo del pueblo y que pague el ciudadano.

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