Cantaba en blanco y negro Manolo Caracol, una magnífica copla de Quintero, León y Quiroga, que rezaba en su flamenca letra aquello de: "quién te puso Salvaora, qué poco te conocía", mientras nuestra protagonista, “Salvaorilla”, interpretada por Lola Flores, lozana, gitana y guapa, se contoneaba roneando alrededor de Caracol, que contenía la furia desquiciado por sus malas artes.
Quién le iba a decir a Salvador Illa, Ministro de Sanidad, que sus carnes roquerolas, (oriundo de La Roca del Vallés- Barcelona) enraizaban tanto con esta coplilla andaluza versada en traición y mentira, y es que Salvaorilla, era hembra de mal vino, lianta y contumaz.
Bajo la mirada atenta de su líder, barruntó "La Salvaorilla", comprar 2,1 millones de mascarillas defectuosas que se repartieron por nuestras comunidades autónomas, hospitales y residencias, teniendo que ser retiradas al poco tiempo ya que no cumplían con su función, la de proteger a los sanitarios. Seguidamente, el 20 de marzo, desde el “tablao” de Sanidad se adjudicó al intermediario internacional y “famoso bailaor” chino Hangzhou Ruining, un contrato, que haciendo honor a su apellido, costó a los españoles 8,8 millones de euros por suministro de mascarillas. Desde ese mismo “tablao”, Salvaorilla le pagó a esta empresa 31,3 millones; es decir, un 42% por encima del precio que aseguran pagar en el mercado chino las principales comunidades autónomas (El Mundo, 21/04/2020); cosas de la globalización y del mercado internacional; ¡caballeros, ser flamenco es lo que tiene!
Propuso también Salvaorilla, otra mala arte, la de remitir información falsa al Financial Times sobre la realización de test PCR, con una sobreestimación de más de 200.000 test que nunca se realizaron, para luego, rescatar esa misma información publicada a finales de marzo, aludiendo al famoso periódico como fuente veraz que avalaba sus datos. Toda una treta señoras.
Desde esos "tablaos" nacionales son continuos los bailes de cifras sin tener claro cuáles son los datos reales o de calidad, imprescindibles, vitales para la toma de decisiones acertadas por parte del ejecutivo; el mismo ejecutivo que hoy, una vez comenzado el desconfinamiento de menores acompañados, contabiliza un nuevo repunte en número de contagiados, más de 2.000 nuevos contagios en 24 horas, Madrid triplicando el número de casos. Éste es el mismo gobierno que nos propone una desescalada; como han dado en definir al intento por salir de una gran crisis; escalonada en 4 fases que en realidad son 5, asimétrica pero conjunta, que pretende recuperar la normalidad dentro de la anormalidad.
Los despropósitos, embustes y desmentidos del Sr. Ministro solo pueden ser fruto de dos razones; una, que tanto él como su ministerio son absolutamente incompetentes e ineficaces para afrontar competencias, que en un principio, estaban delegadas en las comunidades autónomas y que jamás pensaron tener que recuperar de forma semejante; la segunda sería, que el filósofo no tiene ni una sola puñetera idea buena, porque ambos, ministerio y ministro, se han entregado de tal manera al contubernio falaz de las políticas socialcomunistas, que han perdido el paso en la cruda realidad que afrontan los españoles.
El público asistente a este sarao regado de muerte, entre tanta escalada arriba y desescalada abajo, solo puede acabar de canturrear en sus balcones la copla suplicando al cielo como lo hacía Caracol:
"Dios mio que pena más grande
el alma me llora,
a ver cuándo suena la hora
que las intenciones
se le vuelvan buenas
a La Salvaora"
Que Dios nos guarde.
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